El fin de la Diplomacia
Por Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M
En los últimos años a partir de la muerte de Rafael Cordero Santiago, hemos ido describiendo en columnas y programas de radio cómo Ponce y la Región Sur han ido sufriendo una creciente pérdida de poder político.
Este poder político lo defino como la capacidad de lograr que la elite gubernamental, partidista y egoísta del área metropolitana del norte, responda a los reclamos de desarrollo económico del Sur y las otras regiones de Puerto Rico.
El grueso de la inversión pública en Puerto Rico siempre se ha realizado en esa área metropolitana. Proyectos como el Coliseo José Miguel Agrelot, el Súper Acueducto, el Tren Urbano, el Centro de Convenciones y las grandes autopistas en constante mejora o reconstrucción, se hacen sin que se le pida cuentas a los municipios donde se construyen.
Cuándo se le ha dicho a Jorge Santini, Ramón Luis Rivera, Héctor Oneill o a los Aponte, que tiene que ¨repagar¨ o responder económicamente por estas inversiones. Estas inversiones se hacen para beneficio de los metropolitanos, y sin embargo, amparados en el argumento de que son estratégicas, las pagamos todos los puertorriqueños.
Rafael Cordero Santiago desarrollo poder político y inclinó un poco la balanza a nuestro favor al aglutinar fuerzas multisectoriales y suprapartidistas que le permitieron reclamar valiente y vocalmente los derechos de nuestra Región y Ciudad.
Cuando Cordero Santiago estaba vivo, nadie en San Juan se atrevía a decirle que para lograr una obra de infraestructura estratégica para Puerto Rico, se tenía que probar la capacidad de ¨repago¨ del Municipio de Ponce. Los compromisos de inversión de más de mil millones que logró Cordero Santiago para Ponce fueron producto de su mollero político y no de la generosidad del gobierno central.
El mollero político de Cordero Santiago partía de la premisa de una férrea defensa de lo que nos correspondía por encima de los metropolitanos que se opusieran. Este mollero tomó como blasón de afirmación de identidad y poder ¨Ponce es Ponce y lo demás es Parking¨.
El fortalecimiento de una cultura política de aglutinación de fuerzas a base de consensos le garantizaba a Cordero Santiago una gran influencia electoral en el resto del país que hacía que los burócratas del norte atendieran. Los consensos ciudadanos municipales y regionales siguen vigentes, lo que se perdió fue la lealtad y voluntad de los políticos.
La muerte de Cordero Santiago y la sucesión de ejecutivos y ejecutivas municipales sumisos, sectarios e incompetentes han dado al traste con ese poder político y por eso el gobierno central ha hecho y desecho impunemente con nuestros derechos. La respuesta de esta horrorizada claque política ha sido una diplomacia blandengue de cartitas y reuniones para negociar.
Es tal la sumisión al norte que los políticos contemporáneos ni tan siquiera se atreven a repetir la famosa consigna ponceña de afirmación de identidad y poder.
Esta erosión del poder nos ha llevado al descarrilamiento de todos los proyectos e iniciativas estratégicas, que de haberse implantado oportuna y puntualmente, hubieran servido de modelo económico para sacar a Puerto Rico del estancamiento y la dependencia que sufrimos actualmente.
El abandono y destrucción de los planes e iniciativas estratégicas incluyen el Plan de Ordenamiento Territorial del 2004 que logró Cordero Santiago, con sus obras de inversión certificada que establecen compromisos de ley de más de mil millones de dólares; el Plan Ponce en Marcha que languidece desde el año 1992; la Ley 212 que quedó liquidada por la nefasta Ley 7 y destruyó centenas de proyectos viables y que traerían más de doscientos millones de dólares de inversión privada al casco histórico de Ponce; y finalmente, en estos dos últimos dos años, la muerte del Puerto de las Américas Rafael Cordero Santiago.
Si todos estos proyectos e iniciativas se hubieran implantado, Ponce y la Región Sur ya tendría las herramientas esenciales para dirigir su futuro económico y planificándolo efectivamente por intermediación de DISUR.
Todos los ejecutivos y ejecutivas municipales de Ponce que sucedieron a Cordero Santiago han traicionado los sueños de desarrollo socioeconómico de nuestra ciudad y Región Sur.
A pesar de que este problema se ha ido señalando por la prensa y las Fuerzas Activas Sureñas, estos líderes han preferido plegarse a los intereses de sus partidos políticos centralizados en San Juan, y por convicción o temor, no reclamaron lo que en derecho le corresponde a nuestra Ciudad y Región.
Tan devastadora ha sido la sangría de Poder de Ponce y la Región Sur que en dos años de administración hegemónica del PNP, el Puerto de las Américas está paralizado porque el gobierno central no quiere invertir hasta que diz que se establezca la capacidad de ¨repago¨ del Muncipio de Ponce.
Cuántas veces el gobernador Fortuño y sus alteregos han dicho que el Puerto es un proyecto estratégico para Puerto Rico. Por qué si reviste esta importancia, Ponce tiene que pagar por esta inversión.
Este problema se agrava cuando se toma en consideración que es vox populi que la Alcaldesa se dejó convencer para que se eliminara del Memorando de Entendimiento una cláusula que nos protegía de tener que pagar los 250 millones de dólares de inversión en el Puerto.
No en balde, Pérez Riera, Fortuño y su claque, ni chistaron cuando la Alcaldesa decidió no renovar el Memorando de Entendimiento el pasado 30 de septiembre de 2010. No protestaron porque la Alcaldesa había perdido por su acción u omisión la única cláusula que le protegía de tener que devolver los 250 millones. Esto es algo que le corresponde a ella explicar y que abordaremos en otra oportunidad.
Hoy, pocos políticos hablan del Plan Territorial y de las obras de inversión certificada. Pocos políticos plantean que esto es un derecho que es indispensable luchar y rescatar. Pero peor aún, los pocos que hablan de estos asuntos no tiene las herramientas necesarias para lograr la reivindicación de estos derechos, porque tampoco han podido consolidar el poder político suficiente para enfrentar el partido, o peor que eso, porque son personas que piensan que el partido va por encima de los deseos y aspiraciones de sus constituyentes y pululan dividiendo el pueblo en sectas agringoladas.
Ha llegado el momento de aglutinar y realinear las fuerzas. Pero no ya en torno a los políticos incapaces de destetarse del partido. Sino en torno a la Multitud. En torno a esa gran masa de Sureños con el poder de la voluntad y el deseo de superarse, que delegaron equivocadamente su futuro en personas irresponsables e incompetentes que traicionaron nuestros sueños y aspiraciones.
Además, Paralelamente y en atención al 2012, ha llegado la hora de interpelar incisivamente a los políticos:
1. Cuáles han sido las acciones concretas que usted ha tomada para impulsar el desarrollo de Ponce y lograr que se realicen las obras de infraestructuras plasmadas en el Plan Territorial.
2. Cuáles son las acciones concretas que usted se compromete a tomar en esa dirección en su futura posición política.
3. Está dispuesto a demandar al gobierno central para que cumple con sus compromisos, aunque sea dominado por el mismo partido que usted.
Pero no nos limitaremos a esto.
Ha llegado el momento del fin del miedo y la debilidad. Ha llegado el momento de la acción ciudadana, espontánea, firme, horizontal, heurística, valiente, creativa y orgullosa.
Es momento de rescatar desde la calle nuestros derechos. Ya esto se está gestando. Llegó el fin de la diplomacia.
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