Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
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En el artículo pasado expresamos cómo el modelo de negocios del Puerto de las Américas requiere el establecimiento de un primer centro de distribución que inicie una demanda de tráfico marítimo adicional a la prevista por el comercio interno, y que de paso a los primeros empleos no marítimos relacionados al Puerto.
Un centro de distribución es un almacén general o refrigerados, en el cual se recibe, inspecciona, acondiciona, almacena, clasifica y se preparan y envían los productos a tiendas al detal, al por mayor, o a otros centros de distribución fuera del país o en regiones apartadas.
El objetivo de los centros de distribución es poder hacer llegar los productos a su destino para la venta en la manera más efectiva, rápida y económica posible. El conocimiento para realizar este trabajo se conoce como la logística o gerencia de la cadena de oferta o suministros. Los centros de distribución representan variables de competitividad que definen el éxito de las empresas de manufactura o de comercio de productos tangibles.
Los centros de distribución aumentan su eficiencia si tienen un tamaño entre 50,000 a 1,000,000 de pies cuadrados, están mecanizados e interconectados mediante la informática con sus centros de abasto y las tiendas que reciben su mercancía, tienen personal especializado y se ubican cerca de puertos, aeropuertos, autopistas y en la región donde van a distribuir sus productos. Por eso es que el Puerto de las Américas representa una gran oportunidad para que inversionistas establezcan un centro de distribución que se aproveche de estas ventajas de logística e infraestructura.
Los centros de distribución no requieren grandes concentraciones de empleo, pero generan puestos indirectos en diferentes sectores y constituyen la base para las fábricas en las zonas de valor añadido. Un centro de distribución requiere un gerente general que dirigirá una serie de departamentos que tendrán supervisores especializados del personal. Los departamentos pueden ser administración, almacén, recibo, salida, control de calidad, ventas, manejo de inventario, protección de activos, etc.
Los puestos de trabajo no gerenciales en el almacén incluyen las personas que descargan los camiones, las que reciben la mercancía, las que la transportan del área de recibo al lugar de almacenamiento, las que manejan y ordenan la carga en el almacén y las que completan, organizan y manejan las órdenes de salida.
Los centros de distribución crean empleos indirectos pues requieren de servicios especializados. Por ejemplo, requieren de las compañías de camiones, de mantenimiento, informática seguridad y limpieza. También contratan profesionales de servicios como profesionales de logística, contadores, abogados, etc.
Dentro de este contexto, las universidades y colegios técnicos juegan un papel fundamental para poder preparar a las personas que ocuparán estos puestos de trabajo. Una mano de obra especializada y preparada es fundamental para atraer inversión, pues el no tener que invertir en educación y entrenamiento, compensa los costos de hacer negocios en Puerto Rico.
El autor es abogado notario, Socio del Bufete Cancio Nadal, Rivera & Díaz a cargo de la oficina del Bufete Emmanuelli, C.S.P. en Ponce, pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com
Una publicación de Rolando Emmanuelli-Jiménez, J.D., LL.M., sobre los asuntos públicos que tienen impacto jurídico. Rolando Emmanuelli Jiménez es abogado y notario, Presidente de Bufete Emmanuelli, C.S.P. pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y productor y anfitrión del programa Conocimiento y Acción Solidaria, que se transmite todos los sábados a las 7 AM y los domingos a las 7 PM por WPAB 550.