Una publicación de Rolando Emmanuelli-Jiménez, J.D., LL.M., sobre los asuntos públicos que tienen impacto jurídico. Rolando Emmanuelli Jiménez es abogado y notario, Presidente de Bufete Emmanuelli, C.S.P. pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y productor y anfitrión del programa Conocimiento y Acción Solidaria, que se transmite todos los sábados a las 7 AM y los domingos a las 7 PM por WPAB 550.
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jueves, 25 de marzo de 2010
EL DISEÑO DEL PUERTO DE LAS AMÉRICAS: UN NUEVO NIVEL DE INCERTIDUMBRE
Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
El Puerto de las Américas Rafael Cordero Santiago ha estado en desarrollo durante diez años. Al principio se desató una controversia con ribetes político partidistas sobre dónde debía ubicarse. El gobernador Rosselló insistía en ubicarlo en Guayanilla, para no ceder ni un ápice al fenecido Rafael Cordero Santiago. Finalmente, el Puerto se ubicó en Ponce, por obra y mandato de las agencias reguladoras del ambiente de los Estados Unidos.
Los permisos del Puerto de las Américas tomaron cuatro años en obtenerse, desde el año 2000 al 2004. Estos permisos también fueron objeto de mucha controversia, porque se propuso a las agencias de Estados Unidos el construir el Puerto extendiendo los muelles en dirección al mar. Es decir, mediante muelles en forma de espigón partiendo de la infraestructura actual. Sin embargo, los norteamericanos entendieron que esto no era posible porque afectaba el hábitat del manatí. Por eso se decidió diseñar las fases 3 B y 4 del Puerto excavando unos canales que dieran cabida a dos buques post panamax. Estas fases se calculan en un costo de alrededor de 750 millones.
El diseño de excavación de las fases 3 B y 4 del Puerto tiene tres desventajas. Primero, es más costoso que extender los muelles actuales hacia el mar; segundo, podría presentar riesgos a la navegación por la estrechez del canal, y; tercero, elimina el uso de decenas de cuerdas de terreno que podrían servir para zonas de valor añadido.
La construcción de las fases 1 y 2 que completan los muelles 4, 5 y 6 con cabida en conjunto para un buque post panamax, el dragado y el primer estacionamiento para contenedores de 250 TEU's, se terminaron en el año 2009. Luego de cuatro años de diseño y permisos, tomó cinco años adicionales tener la infraestructura mínima de un puerto de transbordo.
Ya se cuenta con los planos y los permisos de la fase 3 B que contempla la excavación del primer canal de 1600 pies para permitir el atraque de un buque post panamax, y que se calcula en un coste de 480 millones. Este diseño y obtención de permisos ha tenido un costo considerable en tiempo, personal, estudios, honorarios profesionales, etc. El diseño de esta fase 3 B se hace bajo la premisa histórica y económica de que los Puertos no dejan de crecer, y por tanto, es necesario diseñar y construir en anticipación a los estimados de demanda. Si no se toman estas precauciones, puede ocurrir que la demanda crezca y el Puerto alcance unos niveles de saturación que lo conviertan en uno ineficiente y que pierda la competitividad necesaria.
El diseño y permisos de la fase 3 B nos posicionan con una ventaja estratégica porque el Puerto está listo para continuar su expansión de infraestructura para ajustarse a una demanda de rápido crecimiento provocada por el establecimiento de algún centro de distribución de importancia de productos europeos o asiáticos. El diseño y permisos de la fase 3 B constituye una inversión importantísima que garantiza que el Puerto mantendrá su competitividad y que podrá manejar los volúmenes que fomenten un clima de inversión en zonas de valor añadido en toda la Región Sur.
El gobierno de Fortuño ha dicho que no va a invertir dinero adicional en el Puerto de las Américas. Ya hemos explicado que esas expresiones son desafortunadas y demuestran desconocimiento de la importancia estratégica de este proyecto. Por ende, el futuro del crecimiento del Puerto bajo esta administración dependerá de la precaria inversión privada que tomará en cuenta la rentabilidad a corto y mediano plazo del proyecto para determinar los niveles de inversión. Esto ocasionará el gran dilema e incertidumbre de que no invierto porque tengo dudas del crecimiento y por ende, no creceré porque no voy a invertir. El gobierno nunca debió decir que abandonaba la inversión en el Puerto, pues esto afecta la confianza de la empresa privada en el apoyo gubernamental al proyecto. A fin de cuentas la infraestructura portuaria es estratégica y siempre gubernamental, por ende, esa inversión beneficia siempre a todo el Pueblo de Puerto Rico.
Ahora se está creando otro nuevo nivel de incertidumbre. Las autoridades del Puerto de las Américas están considerando seriamente el cambio del diseño de las fases 3 B y 4. Es decir, piensan descarta todo la inversión en planos y permisos para comenzar en cero a diseñar los muelles hacia el mar en forma de espigones o partiendo de mejoras geométricas a los existentes. Este aventura va a costar una fortuna en honorarios profesionales y tomará varios años en completar el diseño y los permisos. Si esto se hace, el Puerto no tendrá oferta de crecimiento en la infraestructura para los mercados marítimos que entrarán en una fase de expansión en dos o tres años.
Los cambios que están explorando las autoridades del Puerto se fundamentan en nuevos reglamentos ambientales, en costos menores y ventajas de logística que son importantes. Sin embargo, existen muchas preguntas que merecen contestación. los permisos originales tomaron cuatro años y la construcción de las instalaciones mínimas cinco años. ¿Cuánto tiempo y dinero tomará el nuevo diseño y proceso de permisos? ¿Cuándo podrá comenzar una construcción de esa naturaleza? ¿Se creará un desfase o incongruencia entre los niveles de demanda y las necesidades de crecimiento de la infraestructura para mantener la competitividad? ¿Cómo afectará la operación del Puerto la construcción de unos nuevos muelles justo a la entrada del área de trabajo de los muelles 4, 5 y 6?
Es probable que la oportunidad histórica de diseñar unos muelles más económicos y de mayor logística se haya perdido por razón de la reglamentación federal en Puerto Rico. Empezar en cero para diseñar un nuevo Puerto puede ser una aventura muy riesgosa. Probablemente será necesario continuar con el plan previsto y aprobado, para no afectar más la precaria situación del desarrollo del Puerto de las Américas.
El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli en Ponce, Presidente de la Alianza Pro Sur, Vicepresidente de DISUR, Inc., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11:00 de la mañana por WPAB 550. Para mayor información vea www.debidoproceso.com.
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