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domingo, 5 de agosto de 2012

Descaro marítimo - El Nuevo Día

Tal vez   ha pasado desapercibido. Pero no debería, pues  ha afectado el bolsillo de todos los puertorriqueños y posiblemente ha limitado nuestras posibilidades de crecimiento económico como país.   

Tres de las principales navieras que transportan bienes a Puerto Rico,  Crowley, Sea Star Lines y Horizon Lines,  se sentaron un día, fijaron precios para eliminar a la competencia y entre el 2002 y el 2008 sobrefacturaron a cientos de negocios por la mercancía que transportaban a Puerto Rico. Las tres navieras  se declararon culpables de participar en la conspiración  y,  en conjunto,  han sido penalizadas con multas ascendentes a $45 millones.


Descaro marítimo

5 de agosto de 2012

Tal vez   ha pasado desapercibido. Pero no debería, pues  ha afectado el bolsillo de todos los puertorriqueños y posiblemente ha limitado nuestras posibilidades de crecimiento económico como país.   

Tres de las principales navieras que transportan bienes a Puerto Rico,  Crowley, Sea Star Lines y Horizon Lines,  se sentaron un día, fijaron precios para eliminar a la competencia y entre el 2002 y el 2008 sobrefacturaron a cientos de negocios por la mercancía que transportaban a Puerto Rico. Las tres navieras  se declararon culpables de participar en la conspiración  y,  en conjunto,  han sido penalizadas con multas ascendentes a $45 millones.

Lo triste del caso es que por espacio de seis años -antes y durante la recesión local- Puerto Rico estuvo pagando dinero de más en sus importaciones.  Les aseguro que mucho más de $45 millones. Estamos hablando de una isla que importa alrededor del  85% de todo lo que consume.

Es decir, que los carros, los plasmas, las frutas, la ropa y otras tantas cosas que importamos nos salieron más caras por una conspiración cortesía de las mismas empresas protegidas por las  Leyes de Cabotaje, que obligan a Puerto Rico a utilizar esa marina mercante que nos tomó el pelo. 

Espero que este atropello nos sacuda finalmente hacia la acción, ya que es un tema que nos compete a todos. El  Gobierno, en vez de estar lucrando a tuiteros racistas y tirándoles la toalla,    debe enfocarse en cómo va a lograr reducir los costos de transportación y energía, para evitar que nos tomen el pelo nuevamente, y cómo va a incrementar la producción local para depender menos de las importaciones y crear riquezas para el país. 

De igual forma, la oposición -que por cierto estuvo en el poder cuando las empresas navieras fraguaron el esquema-  debe  fiscalizar y ofrecer ideas reales para contrarrestar el abuso del que por años Puerto Rico ha sido objeto con este descaro marítimo.