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jueves, 19 de junio de 2008

LO QUE NOS ENSEÑA BRASIL SOBRE EL DESARROLLO PORTUARIO

Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com

Brasil es uno de los países con mayores y mejores recursos naturales. Los productos minerales, agrícolas y manufacturados de ese país son extraordinarios y ahora se suma el descubrimiento de inmensas reservas de petróleo. Sin embargo, Brasil es una nación con problemas estructurales que afectan su acceso al comercio internacional.

Tuve la oportunidad de escuchar unas entrevistas que el Profesor Richard Wilding de la Universidad de Cranfield en Inglaterra realizó a prominentes empresarios y expertos en transportación marítima y logística en Brasil, y todos coinciden en que le tomará a Brasil de 10 a 15 años el poder contar con la infraestructura necesaria para poder comenzar a manejar eficientemente las exportaciones y las importaciones.

Los puertos de Brasil están saturados y llenos de requisitos burocráticos que hacen que la carga esté demasiado tiempo en el puerto esperando por ser abordada o para disponerse a su destino final mediante transportación terrestre. Los puertos están tan congestionados que hace falta tener planes de continencia para poder sacar los productos a tiempo. Como no pueden entrar suficientes buques, únicamente las compañías exportadoras e importadoras que tiene mucho volumen de mercadería logran el espacio en los barcos. Es tan complicado para poder hacer negocios en Brasil, que el primer paso que hay realizar es contratar a un abogado. Contrario a Inglaterra que lo que uno tiene que hacer es conseguir un cliente.

Por otro lado, como Brasil funciona como una republica federada, cada estado cobra impuestos a la mercancía que se mueve en las fronteras internas. Esto ocasiona multiplicidad de tarifas que afectan el costo de la cadena de distribución.

La situación de Brasil no es ajena a la de Puerto Rico y nos puede dar muchas lecciones para no repetir sus errores. Hasta el día de hoy, Puerto Rico depende únicamente del Puerto de San Juan que se dedica casi exclusivamente al comercio con los Estados Unidos. Esta situación nos mantiene parcialmente aislados del tráfico internacional del resto del planeta. Por otro lado, el Puerto de San Juan también tiene problemas de logística que lo hacen un puerto ineficiente. Esto se agrava con el inmenso problema de tráfico vehicular que tiene el área metropolitana y con la inexistencia de terreno disponible para expandir las operaciones portuarias. Los furgones que entran al área metropolitana de San Juan en horas pico de tráfico tiene una alta probabilidad de que no puedan ser embarcados a tiempo. El no embarcarse a tiempo supone semanas de atraso en la distribución de los productos y esto tienen un costo extraordinario.

Además, existe el riesgo de que por algún accidente en la Bahía de San Juan, quede bloqueado el puerto por algunas semanas. Esto puede ocasionar una crisis de abasto y una paralización del comercio local y con los Estados Unidos. Estas consecuencias serían devastadoras para nuestra economía.

El que el Puerto de Las Américas esté listo para finales de este año es un asunto de seguridad nacional y una gran esperanza de que podremos aumentar la cantidad y calidad de contactos internacionales para exportar e importar productos. En ese sentido, le llevamos al menos 10 años de ventaja a Brasil quien no cuenta con suficiente infraestructura para poder manejar su tráfico marítimo. Las ventajas que va a presentar el Puerto de Las Américas en términos de la rapidez y eficiencia, hacen que el puerto sea muy atractivo para complementar las actividades de San Juan. Para llevarlo a niveles extraordinarios, los funcionarios encargados están manejando situaciones de planificación urbana, burocráticas, infraestructura y aduaneras, para que el Puerto tenga ventajas competitivas significativas frente a cualquier país del mundo.

En ese sentido, la aduana federal y el Departamento de Hacienda deben ubicarse en el Puerto para que puedan trabajar cerca de la mercancía. Debe adquirirse la infraestructura tecnológica para la inspección de contenedores por medios no invasivos. Debe utilizarse la tecnología de identificación inalámbrica de la carga (RFID). Cada empresa que vaya a hacer negocios con el Puerto debe aprovechar la Zona Libre del Sur para simplificar sus trámites de aduanas y reducir sus costos. La infraestructura de acceso al Puerto debe ser de naturaleza exclusiva y segura para que no compita con el tráfico urbano. Debe privilegiarse el uso de rieles para conectar los diversos sectores del puerto con las zonas industriales, de valor añadido, las oficinas administrativas y corporativas. Es necesario revisar algunas de las reglamentaciones territoriales cercanas al Puerto para que sean compatibles con el desarrollo de almacenes y centros de distribución. Por último, debe construirse la infraestructura de las zonas de valor añadido en las fincas de Vallas Torres para que existan los recursos para la expansión manufacturera y de servicios.

El objetivo es no tener que inventar la rueda. Mirando las experiencias del Puerto de San Juan y las de otros países, podremos maximizar los recursos disponibles para lograr el desarrollo pleno del Puerto de las Américas.

El autor es abogado notario, Socio del Bufete Cancio Nadal, Rivera & Díaz a cargo de la oficina del Bufete Emmanuelli, C.S.P. en Ponce, pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.debidoproceso.com