POLICING DISSENT
Social Control and The Anti-Globalization Movement
Prof. Luis A. Fernández
Por: Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
17 de febrero de 2011
Museo de la Historia de Ponce
Auspiciado por el Ateneo de Ponce y la Inter Ponce
Luis A. Fernández, es catedrático auxiliar de la Universidad del Norte de Arizona. Su libro fue publicado en el año 2008 y reimpreso en el año 2009, por la prestigiosa editorial Rutgers University Press.
Profesor. Mis respetos más sinceros.
El objetivo del libro del profesor Luis A. Fernández es estudiar a fondo los mecanismos de represión de la disidencia de los movimientos anti-globalización -que el autor denomina control social del disenso, por la variedad de estrategias en el uso de la fuerza-. Agrupa los mecanismos de control en tres áreas que se intersecan en círculos casi concéntricos: Control Físico, Psicológico y el Legal.
El autor reseña la mirada y metáfora de Michel Foucault, el gran filósofo Francés, ante el hecho de que el Estado y las organizaciones supranacionales globales, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, consideran estos movimientos como la lepra o la peste, que hay que controlar a toda costa mediante el miedo, aislamiento, aparcelamiento y violencia, para que no se diseminen perniciosamente por el resto de la sociedad y las naciones.
El autor parte de la premisa indiscutible de que las fuerzas corporativas de la globalización, a través de la creación de entidades supranacionales y globales cada vez más poderosas, dirigen a los Estados en el uso de sus mecanismos represivos, para evitar que el pueblo derrote los intereses egoístas y corruptores del capitalismo salvaje y global.
Cuando uno estudia un trabajo de esta naturaleza escrito en los Estados Unidos, es indispensable analizar cuál es la pertinencia de dicho esfuerzo para Puerto Rico, particularmente cuando se trata de un texto que ilustra el movimiento anti-globalización, que ha sido muy activo en otros países, pero que en Puerto Rico ha tenido meramente manifestaciones insipientes y generalmente teóricas o académicas.
Como cuestión de umbral, en cuanto a la pertinencia de este libro para nuestra realidad, y para el entendimiento de los mecanismos de control social del Estado, es necesario reseñar que el texto explica detalladamente los fundamentos que apoyan los movimientos sociales en contra de la globalización y los peligros que engendra el derribo de las fronteras económicas, políticas, culturales y sociales que esto acarrea. Todo esto en pos de permitir la apertura de los mercados a las grandes corporaciones y el capitalismo irrestricto, para enriquecerse a costa de los otros pueblos, aumentando las diferencias sociales y económicas, y destruyendo las culturas autóctonas y el ambiente.
Este mensaje tiene total relevancia ante la ofensiva violenta y golpista, neo-liberal y Tea-Partiana, implantada en Puerto Rico por el gobierno de Luis Fortuño, pues nos ofrece el contexto global –teórico y práctico- para la comprensión cabal de los elementos egoístas, avaros y marginadores que impulsan estos atropellos.
Tengo que aclarar que, aunque hasta el momento el Pueblo de Puerto Rico, por su situación colonial, ha sido un mero peón inmóvil e indefenso en el tablero de ajedrez que controlan las naciones soberanas aliadas en esfuerzos globalizadores y neocoloniales, como se abordará más adelante, este no es un destino irremediable.
Lo segundo que debo decir en torno a la pertinencia de este libro para Puerto Rico es que este es el texto que Figueroa Sancha no leyó, y si lo hizo, no lo entendió.
Digo que no lo entendió, porque en este libro se estudian detalladamente los cambios estratégicos y los progresos que han obtenido las fuerzas de represión de la disidencia, luego de la Gran Batalla de Seattle en el año 1999, que es el punto de partida del estudio de este texto.
Como recordarán, la Gran Batalla de Seattle fue una protesta contra la reunión de la Organización Mundial de Comercio en el año 1999, donde múltiples y diversos grupos que se oponen a la globalización obligaron a la cancelación de la actividad a celebrarse allí. Sindicatos, organizaciones ecologistas, profesionales, fanáticos de la nueva era, anarquistas, y personas comunes, se movilizaron en las calles de Seattle hasta hacer fracasar la llamada Ronda del Milenio, y mucho más importante, todo al margen de cualquier partido político o estructura jerárquica de la modernidad.
Esta batalla es considerada como el inicio de una nueva etapa del movimiento antiglobalización, a partir del cual han tenido lugar protestas masivas en todas las cumbres de la OMC y otras organizaciones supranacionales globales. Según el departamento de policía de Seattle, esta manifestación contó meramente con 40.000 participantes aproximadamente. La policía de Seattle no estaba preparada para la innovación y militancia del movimiento y perdió total control de la situación. De esa gran experiencia histórica es que se originan las tácticas y estrategias que se estudian en este texto, y que en mayor o menor medida, han logrado evitar un triunfo tan avasallador en otras protestas posteriores de los grupos antiglobalización.
Si Figueroa Sancha hubiera leído este libro, o al menos lo hubiera entendido, tendría mejores herramientas, o tal vez mayor efectividad, en la supresión de los movimientos de protesta que están ocurriendo en Puerto Rico ante la ofensiva de Luis Fortuño. El desconocimiento, gazapos y desmañas de Figueroa Sancha, en lugar de suprimir la disidencia, la han exacerbado, avivado y fortalecido, particularmente en cuanto al movimiento estudiantil, para el cual, con su permiso Profesor Fernández, solicito un fuerte aplauso.
Aunque el libro se enfoca en los movimientos anti-globalización, su pertinencia es vital para Puerto Rico, por lo que ha estado ocurriendo en la U.P.R., ya que en términos de motivos, organización, estrategias, diversidad y democracia participativa, las similitudes con el movimiento estudiantil son extraordinarias.
En el libro se explica la diversidad de grupos que componen el movimiento antiglobalización y las diferentes estructuras que los organizan o aglutinan; detallando la manera fluida, horizontal y democrática con que operan, en espectacular similitud con nuestro movimiento estudiantil; que también es difuso, heurístico, no jerárquico, solidario, creativo y que funciona a base de fuertes principios de democracia participativa.
Además, no debemos perder de vista lo que anticipamos en Puerto Rico será una gran batalla social para impedir que se construya la mal llamada Vía Verde, que a mi juicio, es el proyecto de infraestructura estatal de corrupción sistemática más aberrante que se haya concebido en Puerto Rico.
Este libro es lectura obligada para los que estemos en preparación de la gesta que nos aguarda.
Por otro lado, sobre la pertinencia del texto para entender el mundo contemporáneo, es necesario decir que lo que estamos viendo en el Cairo y en otros países del Mediano Oriente, son fenómenos para los cuales pueden encontrarse en este texto algunas bases teóricas y empíricas, y que todos debemos reconocer como paradigmas de posibles cursos de acción para enfrentar el problema colonial y la dictadura que vivimos en Puerto Rico.
Un aspecto fundamental de este texto es que se trata de una investigación participativa y vivencial bajo el concepto de Verstehen, pero que cuenta además con fuertes bases empíricas y teóricas para la validación de sus conclusiones.
Verstehen es un término alemán que traducido al español significa Comprensión, y que fue generalizado por Max Weber. El comprensivismo es una rama de la epistemología que surge en Alemania durante el siglo XIX, en oposición al positivismo como método cientifico, que planteaba que las ciencias sociales debían estudiarse a base de la mera observación.
La comprensión o Verstehen implica, entre otras cosas, la participación directa en el fenómeno social a estudiarse y la interpretación del objeto de estudio mediante el solidaridad, otredad y empatía.
El autor participó desde el año 2001 al 2005 en varias protestas del movimiento antiglobalización. En un ejercicio de Verstehen el autor pudo apreciar, palpar y sentir, de primera mano, como manifestante en varias protestas: las motivaciones, razones, sentimientos, miedos, atropellos y paranoias que sienten los manifestantes ante los mecanismos de control social del disenso por países líderes indiscutibles de las organizaciones supranacionales globales. En el libro se reseñan particularmente las protestas de Washington, Miami y Cancún.
Las protestas en las cuales participó el autor son posteriores a la Batalla de Seatlle y el 11 de septiembre de 2001, por tanto, pudo apreciar cómo el Estado ha ampliado progresivamente la variedad, inteligencia y crudeza de las técnicas del control social del disenso. Lo que le permitió observar y estudiar con detalle toda la dureza y sofisticación alcanzada.
En este libro se resume excelentemente el cuerpo de pensamiento teórico estudioso de los mecanismos de control del estado, se explican las técnicas reales de control social de la disidencia, desde las más sutiles y casi invisibles, hasta la violencia, incluyendo la agresión, el arresto y el allanamiento ilegal.
El libro explica el efecto de estas técnicas en los movimientos, las comunidades, y en la psiquis de los activistas y observadores de las protestas. Además, se explica la dinámica de innovación y respuesta entre los movimientos y el Estado, que se encuentran constantemente en un juego de ensayo y error, entre el gato y el ratón, con el propósito uno, de llevar el mensaje a sus máxima divulgación, y el otro, de suprimirlo a un mero ejercicio de aglutinación humana inútil.
El libro tiene también valor al terminar con una nota de esperanza en torno al efecto que estas luchas están teniendo en la generación de políticas protectoras del ambiente, desaceleradoras de los procesos agresivos de globalización y en los cambios sociales y políticos que se han suscitado en respuesta a esos esfuerzos.
El libro está divido en siete capítulos que son los siguientes:
Protesta, control y mantenimiento del orden.
Perspectivas en el control del disenso.
El movimiento anti-globalización.
Manejando y regulando las protestas: El control social y el derecho.
Así es la democracia: El control físico del espacio.
Por ahí vienen los Anarquistas: El control psicológico del espacio.
La ejecución de la Ley y el control.
Cada uno de estos capítulos está marcado por una serie de subdivisiones que detallan los diferentes aspectos sobre el tema y su relación entre el control social del disenso y su efecto en las personas que protestan.
En el Capítulo uno sobre protesta, control y mantenimiento del orden, el autor reseña el cambio dramático que ocurrió en la manera que el Estado comenzó a mirar a los disidentes después del 11 de septiembre de 2001, cuando empezó a comparar a los disidentes con terroristas, para tratar de inhibir sus actuaciones y crea una paranoia que les permitiera un mayor control.
Luego, nos explica el autor la relación entre el movimiento anti-globalización y el control de sus redes, pasando por lo que dicen los teóricos sobre el asunto, la textura del control, el control y los movimientos sociales y otras perspectivas de control. Finaliza el capítulo explicando la estructura del libro y el acercamiento y enfoque que tiene el autor en el trabajo.
En el Capítulo dos sobre las perspectivas en el control del disenso, el autor aborda una visión panorámica del control social y examina los trabajos de los teóricos posmodernos sobre el poder, el biopoder y la gobernanza, estudiando particularmente el concepto de la multitud de Hardt y Negri, donde se estudia las transformaciones que han hechos que la sociedad se mueva de una basada en la manufactura, a una sociedad de conocimiento y de servicios que ha alterado sustancialmente el análisis de clases y el trabajo de Karl Marx. Luego, el autor examina las esferas legales, físicas y psicológicas del control del disenso.
En el Capítulo tres sobre el movimiento anti-globalización, el autor explica cómo se organizan los movimientos sociales anti-globalización y cómo van creando sus paradigmas y aglutinando a la gente en torno a ellos. También, el autor examina los datos que fundamentan su libro, que incluyen su participación en las protestas, las entrevistas de componentes de ambos sectores –la policía y los manifestantes. Es decir, tanto la represión como el disenso, además de la documentación publicada por ambos sectores.
El autor pasa entonces a discutir la razón por la cual la globalización crea una oposición tan vehemente en ciertas personas y grupos, y los diferentes tipos de globalización tales como la política, la cultural y la económica.
El autor luego pasa a explicar, cuáles son los diferentes movimientos anti-globalización y cómo funcionan poniendo especial énfasis en los movimientos anarquistas, que han implantado acciones más directas y agresivas para retar la autoridad, y que han sido entonces objeto de las actuaciones más crudas, ilegales y dramáticas por parte del Estado.
En contraste, el autor presenta los grupos de afinidad, que son de naturaleza cerrada, que persiguen cada uno diferentes intereses y que no se caracterizan por la protesta violenta. Todo esto desemboca en los clusters o conglomerados donde se da la unión de diferentes grupos de afinidad que componen el grueso de la protesta, que se distribuyen el trabajo, y comparten algunas estrategias. Todo esto le permite al movimiento una fluidez y flexibilidad, que los hace a la misma vez difíciles de organizar o consolidar, como efectivos y elusivos ante el control del Estado.
Todos estos grupos que participan en las protestas anti-globalización tienen sus asambleas de democracia participativa donde se discuten detalladamente las estrategias que se van a utilizar desde la transportación, alojamiento, alimentos, ruta de la marcha, si se negocia o no se negocia con las autoridades, el curso de acción; y además, las consecuencias de las diferentes políticas represivas y el impacto que van a tener en el tipo de actuación que ellos van a llevar a cabo.
Este tipo de reunión se caracteriza por no tener líderes preponderantes y son ejemplos extraordinarios de democracia participativa, las cuales han resultado en mecanismos excepcionalmente exitosos en los procesos decisionales de los estudiantes de la UPR.
También el autor acentúa que el movimiento no es monolítico, sino que está también dividido en secciones como las áreas que suplen alojamiento, comidas y de particular importancia, la prensa independiente como Indymedia, que en muchas ocasiones, igual que en Puerto Rico como en el caso de Radio Huelga, son objeto de ataques brutales y de destrucción de la propiedad para impedir que el mensaje que ellos van capturando salga a la luz pública.
En el Capítulo cuatro, manejando y regulando la protesta, el autor examina cómo la Ley se convierte en un mecanismo de control social mediante las ordenanzas municipales, y al revivir viejas y arcaicas leyes, como las leyes sobre las máscaras que estaban dirigidas al Ku Klux Klan. Cualquier parecido con las leyes de Puerto Rico es pura coincidencia.
Dentro de este proceso de aplicación de la Ley con el objetivo de desestabilizar la efectividad de la protesta, se encuentra el cerrar espacios públicos, el cerrar lugares de alojamiento, y el llevar a cabo allanamientos y arrestos ilegales, que resultan ser espurios, pues los fiscales no radican cargos. Todo esto crea desasosiego, que afecta la militancia mediante el miedo y la paranoia.
Además, el autor aborda la regulación por parte de la ciudades del tiempo, lugar y manera de las protestas, incluyendo los lugares de reunión, las rutas, la horas, y hasta dónde pueden llegar, con el propósito de minimizar su impacto o amenaza.
Se reseñan también, las diferentes actuaciones que toman en la cuidad para ir afectando el curso de la organización de la protesta, al cambiar constantemente las reglas de juego, y al mover a los manifestante a diferentes lugares, en cambios de último minuto, para que se desarticule su coherencia.
Una de las contribuciones más importantes del autor, es que examina el proceso de la negociación del disenso, mediante el proceso de permisos municipales, y establece convincentemente que el proceso de permisos para llevar a cabo protestas es uno de los trámites más sutiles, pero efectivos, a la hora de controlar una protesta, y que existen diferentes grupos que han optado por negociar, lo que ha ocasionado una erosión dramática en la eficiencia de las protestas para alcanzar los objetivos y divulgar sus mensajes.
El dilema que enfrentan los grupos es negociar o no negociar. Muchos negocian y se someten. Los que no negocian, reciben la confrontación cruda y violenta del Estado y se utilizan todos los mecanismos de propaganda para demonizarlos y aislarlos.
Estas negociaciones en muchas ocasiones obliga a los manifestantes a renunciar sus derechos de expresión y asamblea ante las presiones del Estado por lo que son inconstitucionales.
En el Capítulo cinco, sobre así es que luce la democracia, el control físico del espacio, el autor explica cómo los organismos del Estado seleccionan el lugar particular donde los participantes de las protestas pueden ejercer su derecho a protestar y cómo las organizaciones supragubernamentales globales han ido escogiendo para sus reuniones lugares cada vez más apartados o que son más fáciles de defender de los procesos de las protestas.
Esta estrategia involucra un proceso de planificación de mucho tiempo por parte de las agencias del Estado y estas organizaciones globales, que incluye, no solamente la evaluación y estrategia geográfica y urbana, sino el estudio detallado de inteligencia y espionaje de todas las personas que podrían participar en las actividades de protesta.
Estos estudios y preparaciones ocurren con mucha antelación y ocasionan gastos extraordinarios que en Estados Unidos han obligado a que el gobierno federal haga aportaciones sustanciales, para la defensas de las ciudades en las cuales se han llevado a cabo este tipo de operaciones.
Por otro lado, el autor en este Capítulo cinco, evalúa las operaciones de inteligencia y señala los procesos de recopilación de información sobre los manifestantes y los grupos, y la infiltración de agentes del Estado en los movimientos, tomando nota de la experiencia de COINTELPRO en los años sesenta, que aquí en Puerto Rico, nos es muy familiar e indignante.
Con la experiencia de COINTELPRO, el autor señala cómo la Ley Patriota ha dado mucho más poder para llevar a cabo procesos de infiltración y cómo la infiltración tiene un efecto inhibitorio en los grupos, pues ocasiona que los grupos comiencen a vigilarse entre ellos y a entrar en disputas paranoicas que afectan los procesos decisionales y la efectividad de las estrategias. La infiltración es a veces encubierta o al descubierto, y ocasiona también miedo que inhibe a los manifestantes, ya que no se sabe con quién se puede conversar, y tampoco se sabe en quién se puede confiar.
También, las fuerzas de represión utilizan el patrullaje preventivo, la vigilancia evidente y no encubierta, la persecución y la detención ilegal con propósitos meramente investigativos violando la constitución. Aunque haya este tipo de gestión y arrestos, los cargos nunca prosperan, porque no hay razones legales para llevar a cabo estas intervenciones. Esto se hace con el propósito de sacar a los manifestantes fuera de la calle, amedrentarlos y eliminarlos de la protesta.
Esto confirma que la actuación que realizado la policía acá en Puerto Rico al detener a los estudiantes y no someterles cargos, participa de esa estrategia de hostigar para tratar de suprimir las protestas.
También, el autor nos explica cómo se intenta reducir el anonimato de los participantes en las protestas utilizando cámaras de video y de fotografía para amedrentar a los participantes. Esto tiene también un efecto inhibitorio en los participantes, que aunque estas actuaciones aquí en Puerto Rico tengan visos de ilegalidad a la luz de la jurisprudencia de los casos de David Noriega vs. ELA, por el carpeteo de actividades legales, se utiliza constantemente para enviar el mensaje a los manifestantes de que el Estado los está observando, identificando y los va a procesar.
También, en este Capítulo el autor discute la utilización de leyes y ordenanzas prohibiendo el uso de las máscaras. El autor justifica detalladamente por qué en muchas ocasiones las máscaras son parte del proceso de libertad de expresión, particularmente cuando las máscaras sirven para identificar los diferentes grupos o para llevar a cabo actuaciones y obras de teatro.
El autor examina cómo el Estado ha tenido que recurrir a las fortificaciones de los lugares de protesta y cómo también recurre a dividir a los manifestantes en diferentes grupos utilizando verjas de altura, y no meramente improvisadas, sino construidas específicamente para la contención de grandes multitudes. Como mencionamos, haciendo la analogía del control de la plaga y de la lepra de Foucault, el autor concluye que en términos de las protestas masivas, se están manejando mediante divisiones físicas y barricadas, como si fueran enfermedades infecciosas, que no deben propagarse por el resto de la sociedad.
El autor también en este Capítulo, habla de los arrestos masivos preventivos y de los grupos quirúrgicos de arrestos que participan infiltradamente en las protestas y arrestan selectivamente a personas que ellos identifican a priori y sin delito cometido, que puedan representar un peligro para los intereses del Estado.
En el Capítulo seis sobre “ahí vienen los anarquistas”, el autor nos habla sobre el control sicológico del espacio y el efecto que tiene en la comunidad la división de los manifestantes, en manifestantes buenos y malos, y como la comunidad adopta el discurso de las fuerzas de represión a base de estereotipos que dentro del movimiento de anti-globalización se han propagado por razón del mote de Anarquista.
Para demonizar al Anarquista, las autoridades utilizan un detallado, minucioso y planificado esfuerzo de relaciones públicas para ir creando un mensaje, a veces ambiguo, en el sentido de que respetan el derecho de los protestantes a manifestarse, pero que van hacer todo lo posible por defender la comunidad de los peligrosos Anarquistas. Todo esto con el propósito de fomentar miedo en la población que podría simpatizar con los manifestantes, para que no se unan a las protestas y para establecer un rechazo viceral, particularmente en la comunidad empresarial, que podría temer que sus negocios sufran daño por las protestas. Todo esto tiene el efecto de aislar la protesta y evitar que crezca a niveles efectivos.
Por otro lado, el autor nos señala cómo la policía y las fuerzas de represión cortejan a la prensa, tratando de hacerle la vida fácil para el acceso a la información e incluyendo e insertando a periodistas en los operativos, para que puedan ver de primera mano y puedan identificarse con las actuaciones de la policía, como ocurrió y ocurre, durante la guerra de Irak.
Todas estas gestiones de las fuerzas de represión tienen un efecto inhibitorio en la población que es anfitriona de la protesta y en los manifestantes, que tienen obviamente consecuencias graves en el efecto de la protesta a través de la utilización de mecanismos de miedo.
Por último, en el Capítulo siete, sobre la ejecución de la ley y el control, el autor entra a establecer que aunque se van desarrollando mecanismos de poder a nivel global y que los Estados han ido cediendo algunos poderes a esas entidades, todavía mantienen el poder de policía y represión de las manifestaciones en contra de la globalización.
El autor examina las implicaciones del proceso de protesta negociada y cómo ha afectado la efectividad de las actividades. También recapitula el control del espacio, pero establece finalmente que estas gestiones de control estatal que han ido desarrollándose a partir de la Batalla de Seattle en el 1999, en la mayoría de los casos, van dos o tres pasos rezagados de la imaginación y la creatividad de los manifestantes. Tal como pasa en Puerto Rico.
El autor termina con una nota de reflexión en torno a la esperanza de que los movimientos seguirán estableciendo formas creativas de poder, para llevar su mensaje y lograr cambios sociales y económicos, pero anticipa que Estado seguirá moviéndose hacia mecanismos más efectivos y crudos del control social del disenso.
En conclusión, el libro es un extraordinario esfuerzo al disectar cómo el Estado evalúa las protestas y el disenso, cómo lo enfrenta, y cómo trata de minimizar su efecto. Aunque el libro está dedicado a las protestas anti-globalización, el modelo tiene muchos aspectos que podrían ser aplicables en cualquier tipo de protesta, particularmente en las que estamos realizando en Puerto Rico y a las que están por venir para poder salvar este país.
Profesor Fernández:
Escribir un libro es el arte de poder comenzar y saber cuándo terminar. Por eso existen las segundas ediciones.
Lo que me gustaría ver en una segunda edición.
Es importante que una segunda edición tenga una sección sobre policing policing. Es decir, los mecanismos de control y defensa que tiene disponibles el Pueblo para controlar de manera más efectiva y rápida el atropello físico, psicológico y social que realiza el Estado cuando enfrenta este tipo de protestas. El sistema legal es inefectivo por su lentitud y prejuicio.
Me gustaría ver una actualización sobre protestas posteriores a la explosión de las redes sociales como Facebook y Twitter, ya que las protestas reseñadas son previas al desarrollo de mecanismos de comunicaciones efectivos a través de estas redes. Pregunto: ¿Añaden valor estas redes a los manifestantes o le ofrecen mecanismos de control más efectivos al Estado?
Podría incluirse la especificación de los efectos físicos y psicológicos de la violencia en los seres humanos, no meramente hablar del miedo y la disuasión, sino hablar de las lesiones, el dolor, el coraje, el miedo y los trastornos psicológicos derivados que sufren los manifestantes cuando son atropellados por las fuerzas represivas como ha sido en el caso de Puerto Rico. Sobre los efectos psicológicos: ¿qué pueden ocasionar? El apaciguamiento de la resistencia o la exacerbación de las actitudes y la violencia de los manifestantes.
Me gustaría ver en una edición futura algún detalle sobre las innovaciones de la resistencia y el seguimiento policiaco, particularmente en torno a las diferentes técnicas individuales de protestar tales como la desobediencia civil en las protestas espontáneas ante otros asuntos sociales, ambientales y económicos.
También sería excelente abundar sobre el papel específico que juega la represión de la prensa independiente, ya que la proliferación de este tipo de organizaciones y la disposición de los medios cibernéticos para la divulgación inmediata de la información, definitivamente amplían el marco de la protesta y puede ser que el Estado no tenga mecanismos efectivos para impedir la diseminación de esas ideas.
Es fácil poner verjas en la ciudad, es fácil bloquear los parques para que no puedan dormir los manifestantes, es fácil exigir una ruta específica rodeada de policías con rotenes, caballos y motocicletas, pero la información que se va recopilando electrónicamente y divulgando por las redes sociales y por el resto de la Internet, es muy difícil de controlar, y seria excelente analizar si esta divulgación tiene impacto directo en la toma de decisiones por estas entidades globales represivas.
En conclusión, el libro del Profesor Fernández es uno que recomiendo a cabalidad, porque nos da una visión específica de cómo el Estado va modificando su enfoque hacia el disenso y cómo estos cambios requieren del Pueblo una respuesta y acción social inmediata, concertada, inteligente, creativa y democrática, para lograr cambios sociales hacia la calidad de vida de todos los seres humanos.
Este libro nos ofrece herramientas vitales en esa ruta.
Lo felicito Profesor.
Espero que siga una vida intelectual prolífera.
Nos hace falta.
Muchas gracias.
Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D. LL.M.
-- Desde Mi iPad.
Location:Cll Anguila,Ponce,Puerto Rico