Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com
El plan de revitalización de la economía de Estados Unidos propuesto por Bush es una curita en la herida profunda y sangrante de la recesión económica que arremete a ese país y que nos tiene al borde del colapso en Puerto Rico. Sin embargo, como no tenemos poder sobre lo que decide el Congreso Federal, tenemos que atenernos a lo que llegue.
El plan de Bush tiene visos de rescate electoral ante los problemas que enfrenta su partido, ya que es una medida populista que contempla un reembolso a los contribuyentes pobres y de ingresos moderados. Por supuesto que los demócratas en el Congreso no quieren parecer los malos de la película y le han dado un apoyo inmediato y decisivo.
El supuesto fundamento económico es que esto pondrá a circular dinero en la sociedad, lo que reducirá la rapidez y profundidad de la recesión. El costo de este plan es enorme ya que se estima en $156,000 millones. Sin embargo, su impacto será escuálido, ya que por su naturaleza de pequeño reembolso a los contribuyentes, es improbable que genere nuevos empleos bien remunerados que es lo que necesita la economía. Si el plan no tuviera ribetes electorales, se invertiría el dinero en iniciativas de inversión pública y privada que produzcan nuevos empleos bien remunerados y por ende, para que aumente la demanda de la población por productos y servicios para fortalecer todos los sectores de la economía que complementan los sectores de construcción. Pero la inversión en construcción no sería la única alternativa. Imaginen cuántos empleos se podrían crear en Puerto Rico si esos $1,000 millones se invirtieran en apoyar e incentivar las pequeñas y medianas empresas locales que sostienen en delicado balance el grueso de nuestra actividad económica.
No hay duda de que la crisis económica de Puerto Rico tiene a gran parte de la población en una precariedad alarmante que requiere la sensibilidad de las personas gobernantes. Sin embargo, este problema no se va a resolver con un pequeño reembolso entre $300 y $1,200 que llegará en el verano. De seguro este dinero se usará para pagar la deuda vieja y vencida y para consumo inocuo. Por eso es una medida temporal e inefectiva para resolver la recesión.
De todos modos, $1,000 millones para Puerto Rico es una inyección de dinero que no estaba contemplada y se pueden hacer de tripas corazones con un esfuerzo organizado por las entidades que velan por la economía y bienestar social para enfocarlas hacia áreas más productivas y de impacto a largo plazo. El impacto del reembolso puede ser positivo si se invierte bien el dinero.
Lo esperado es que el dinero se gaste en deuda vieja o en consumo inocuo. En cuanto a deuda vieja, si se debe, hay que pagar. Eso aliviará los sectores que tienen problemas de cuentas por cobrar. Sin embargo, debe haber un sobrante sustancial que se podría dirigir a propósitos productivos, por lo que se puede desarrollar una campaña para que el público no gaste el dinero en comercios que no producen beneficios nacionales.
La campaña del Colegio de CPA sobre el ahorro es un ejemplo de orientación que se puede seguir. Una de las frases importantes de esa campaña es que “hay que pagarnos a nosotros mismos” Ese es el propósito del ahorro: Invertir en nosotros. La campaña de orientación tendría el objetivo de ahorrar para las contingencias del futuro: salud, educación, inversión, etc. Mi recomendación es que este ahorro se haga en las cooperativas, para que estemos seguros que el dinero beneficia a individuos y sectores colectivos de nuestra economía local. El dinero que se deposita en las cooperativas sirve de garantía para préstamos que pueden generar nueva inversión, ganancias y mayores ahorros.
Exhorto a las cámaras de comercio, a las organizaciones profesionales, cooperativas, grupos de interés y al gobierno a que desarrollen una campaña de orientación sobre cómo invertir este reembolso. De esa manera, no se dilapidará el dinero en bienes fabricados en el extranjero que los venden compañías que sólo pagan salario mínimo y se llevan todas las ganancias para bancos fuera de Puerto Rico.
El autor es abogado notario, Presidente del Bufete Emmanuelli, C.S.P., pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11 de la mañana por WPAB 550 en el cuadrante de su radio. Para mayor información vea: http://www.bufete-emmanuelli.com
Una publicación de Rolando Emmanuelli-Jiménez, J.D., LL.M., sobre los asuntos públicos que tienen impacto jurídico. Rolando Emmanuelli Jiménez es abogado y notario, Presidente de Bufete Emmanuelli, C.S.P. pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y productor y anfitrión del programa Conocimiento y Acción Solidaria, que se transmite todos los sábados a las 7 AM y los domingos a las 7 PM por WPAB 550.
El Bufete Emmanuelli orienta jurídicamente mediante su boletín Del Derecho y del Revés:
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